Catemaco
Hogar de brujos y santeros
De todos es conocido que hay personas que recurren a la magia y la hechicería para atraer al ser amado, ser un triunfador en los negocios, ser electo en los comicios federales y estatales o simplemente para darse una “limpia” y alejar “las malas vibras”.
Para aquellas personas que tengan cierta simpatía por la magia y santería, existe un lugar que, además del misterio que lo envuelve, tiene otro tipo de magia: la de su belleza natural. Se trata de Catemaco, en Veracruz, donde de acuerdo a las tradiciones paganas, el primer viernes de marzo es el día más acertado para llevar a cabo este tipo de rituales.
Durante estos días, se observan sobre el malecón decenas de vendedores ambulantes que ofrecen lociones preparadas para el amor, para alejar las envidias y recuperar fama con el sexo opuesto, pero esto ha ocasionado que se pierda la auténtica brujería y se dé paso a la "charlatanería".
Así, muchas personas acuden por curiosidad, otras por el morbo de ver “qué se siente darse una limpia”, mientras que otros se entretienen al ver a los comerciantes ofrecer y vender los productos que cada uno de ellos lleva: desde polvos "mágicos" hasta concentrados y preparados, además de una gran diversidad de hierbas, algunas conocidas como el pirul, la sábila y la ruda, además de inciensos.
También se expenden veladoras perfumadas con sábila y que invitan a conocer los secretos poderosos de las magias “blanca y negra”.
Es a partir del miércoles de ceniza que los doctos en los rituales, “los brujos de Catemaco”, pueden realizar tabúes de carácter alimenticio y sexual; es por eso que el primer viernes de marzo es considerado el día idóneo para quienes practiquen el curanderismo y la magia benéfica y maléfica. “Viernes y jueves, como días de los brujos, son los días en que se logra mayor resultado en lo que se desee”.
En Europa, se considera el jueves como día de los brujos, pero sin precisión de algún mes en particular; en cambio, el 24 de junio, día de San Juan, aparece rodeado de la tradición europea de todas las características que posee en la actualidad la región de Los Tuxtlas.
Sea como fecha propicia para la recolección de hierbas medicinales, en la madrugada; sea como noche para reunirse con el diablo, ese día es el ideal para los ritos.
El 24 de junio es el día de San Juan, santo que en Europa reemplaza a la deidad griega y la participación de la mujer se mantiene vigente por la asociación simbólica representada en los rituales de fertilidad de la Tierra, que propicia buenas cosechas.
Si en Europa se trata de rituales agrícolas, en el sur de Veracruz se trata de rituales de reafirmación de los poderes recibidos a través de peticiones, agradecimientos y reabastecimiento de vegetales.
En Catemaco, al sur del puerto de Veracruz, uno de los brujos más solicitados para lo bueno y lo malo, es Tito Gueixpal Seba, quien tiene ya 33 años como curandero.
Poseedor del poder negro, dice que lo ha utilizado para curar enfermedades extrañas, regresar al ser amado, recuperar potencia sexual sin importar los años de vida... y todo mediante plantas medicinales, limpias y retiros maléficos.
Sus aguas curativas son preparadas mediante rosas blancas, rosas rojas, agua bendita, ajo macho, contra culebrera y oraciones.
Uno de los rituales reza: “Albahaca, ruda y romero, que fuiste cortada y sembrada para curar un avión, un negocio, una casa o a un paciente para que salga adelante en el presente y futuro”.
En su consultorio, lleno de fotografías de famosos artistas, políticos y una inmensa Virgen de Guadalupe, adornada con flores, veladoras y diversos crucifijos, sostuvo que su fortuna se basa en la curación, “no en mentiras ni charlatanerías”.
La brujería la heredó de ancestros como su abuelita, quien hacía curaciones en el poblado Belén, en San Andrés Tuxtla, donde curó a miles de personas por más de 100 años, pues falleció a los 137.
A su vez, el párroco de la iglesia de la Virgen del Carmen, Bonifacio Rivas, asegura que la verdad de las cosas es que en Catemaco no hay brujos, sólo gente verdaderamente ignorante a la que visita gente más ignorante, algunos procedentes de Estados Unidos y Centroamérica.
No obstante, se espera la visita de cientos de personas antes y durante el equinoccio de primavera y que lleguen a Catemaco con la intención de practicarse una “limpia” con alguno del medio centenar de brujos, conocidos mundialmente, pero que en su mayoría practica la brujería blanca.
Pero Catemaco es más que brujería. Al visitarlo, no se pueden dejar de conocer la Basílica de la Virgen del Carmen y la Iglesia de San Juan Bautista. A sólo 6 km. se encuentra la Reserva Natural de Nanciyaga, con una enorme biodiversidad en la selva más norteña del continente y a sólo 13 km. está el Salto de Eyipantla, la casa de Tláloc cuando gobernó en Los Tuxtlas.
Para disfrutar del mar, hay playas solitarias de gran belleza, como Jicacal y Escondida, y otras más conocidas como la Barra de Sontecomapan. Además, hay balnearios como La Pozas, cerca del Río Grande; Matalcintla, debajo de la ciudad, también junto al Río Grande; Los Chaneques, al sur pero muy cerca de Catemaco y el Cortijo Sobrevals, justo al norte, pasando el hospital, con su restaurante de sabores inolvidables.
Una gran cantidad de hermosas caídas de agua a sus alrededores, es una gran razón para visitar Catemaco. Te recomendamos: La Poza Reyna, en las colinas norteñas de la Sierra de Santa Marta; La Poza Negra, cerca de Sontecomapan; Jem Takxi, casi escondidas, en las afueras del vecino poblado de Soteapan; La Cola de Caballo, al norte de la Laguna de Catemaco, escenario de múltiples películas; Cascadas de Montepío, formadas por el Río Col, y muchas otras.
Para llegar a Catemaco, hazlo en auto o llega por autobús, saliendo de Veracruz, que te deja en la entrada del pueblo y de ahí, depende de cada turista o visitante, elige a “tu” brujo o algún atractivo más.