Pueblos mágicos de Michoacán

Una ruta entre lagos y montañas que nos sorprende


Salatiel Barragán
Pueblos Mágicos de Michoacán

Michoacán es de por sí todo magia; es esencias purépechas y tarascas que se respiran en cada bocanada de aire puro proveniente de sus verdes pilares de oyamel; es esplendor natural tapizado de naranjas mariposas que decoran el cielo, y mantos azules sobre los que los pescadores las imitan, con alas de red que sin embargo vuelan en la imaginación.

Michoacán es un estado de contrastes que te envuelve con sus Pueblos Mágicos, localidades que han sido distinguidas con este nombramiento del programa del Consejo de Promoción Turística, por sus características singulares. Pátzcuaro, Tlalpujahua y Cuitzeo, son estos pueblos de encanto especial que vale la pena visitar.

Pátzcuaro

Su vocación lacustre lo hace parecer salido de la imaginación primigenia. Pródigo como pocos lugares, la belleza y la dignidad lo tomaron por rehén. Sería difícil imaginar otro lugar en donde naturaleza y humanidad hubieran encontrado tal armonía. El sueño de Tata Vasco del encuentro de los hombres con Dios en esta vida, da en él frutos. El lago es la razón y condición de su existencia; flotando sobre él, sus ocho islas semejan centinelas: Janitzio, Tecuena y Tecuanita; Yunuén y La  Pacanda; las Urandenes;  Copujo; y, la más brillante, Yuriria.

El Sagrario.- Pátzcuaro

El Sagrario, Pátzcuaro

El espíritu de la naturaleza. La ciudad se asienta en un entorno marcado por la vegetación de altura: pinos, oyameles y encinos, que dejan paso a la vegetación lacustre: carrizos y formas arbustivas. Vive inmersa entre flores, de las cuales la begonia es la reina.

La antigua capital purépecha dista 50 kilómetros de la actual capital, Morelia, separada por bosques y llanos; campos de cultivo, y el lago.

Calles de Pátzcuaro

Calles de Pátzcuaro

Por debajo de los tejados. En Pátzcuaro, los edificios, plazas y calles son algo importante y personal; los espacios abiertos que en otras latitudes sirven para el regocijo, en Pátzcuaro son una prolongación del mundo.

La visita podría iniciar en la plaza Gertrudis Bocanegra, rodeada de edificios de gran belleza. Al poniente está el mercado. Al norte, el antiguo templo de San Agustín y el teatro Caltzontzin. Hacia el oriente encontramos la basílica de Nuestra Señora de la Salud. Al sur de ella, está el antiguo Colegio de San Nicolás, hoy Museo de Artes Populares. Hacia el oeste de San Nicolás está la plaza Vasco de Quiroga, en cuyo lado poniente se encuentra la Casa del Gigante y al norte, el Palacio de Huitziméngari. Continuando hacia el sur está la Casa de los Once Patios, antiguo convento de las monjas dominicas.

Pátzcuaro.- Plaza Vasco de Quiroga

Plaza Vasco de Quiroga, Pátzcuaro

Catarsis para los sentidos. Las dos celebraciones más importantes son: El 8 de diciembre la de Nuestra Señora de la Salud; el pueblo se vuelca a ofrendar las mañanitas, juegos de pelota de origen prehispánico, danzas, y todo el ritual católico. La otra celebración, famosa en todo el mundo, es el Día de Muertos, cuando los altares de Janitzio y las ofrendas de luz sobre el lago, hacen parecer que el firmamento baja para dejarse tocar.

Con añoranza del mar. La gastronomía patzcuarense es un regalo para sus visitantes. Además del albo pescado blanco de Pátzcuaro, otros platillos de Michoacán, como las corundas, los huchepos, la olla podrida, las carnitas y más, son apetecibles tentaciones para el turista.

Cuitzeo

Panorámica de Cuitzeo

Panorámica de Cuitzeo

Es un Pueblo Mágico apenas decretado en 2006. Su nombre significa "Lugar de tinajas o vasijas", y alude al agua del Lago Cuitzeo que lo rodea. Basta acercarse para comprender el por qué de su designación como Pueblo Mágico. Sus calles parecen escaparates de artesanías y sorpresivas sonrisas; sus alrededores son un tributo a la naturaleza y en él hay mucho que disfrutar.

Cuitzeo.- Templo del Hospitalito

Templo del Hospitalito.- Cuitzeo

El Lago es el segundo más grande del país, lo que favorece a toda la zona con uno de los mejores climas. Su ubicación privilegia su visita, ya que se encuentra en la intersección de dos importantes autopistas: México-Guadalajara y Salamanca- Lázaro Cárdenas.

Un poco de historia. En la época prehispánica, la población se desarrollaba con la influencia de otras culturas como la teotihuacana y la tolteca. En la conquista, Cuitzeo se convirtió en una encomienda, para luego ser constituida como “República de Indias”.

Exconvento Agustino.- Cuitzeo

Exconvento de Santa María Magdalena.- Cuitzeo

Pasa a ser municipio en el Siglo XIX y más tarde pasa a ser cabecera municipal bajo el nombre de Villa de Cuitzeo del Porvenir.

Cuitzeo queda un poco olvidado, aunque su importancia económica siempre fue reconocida, en base a la industria textil, la ganadería, la caza y la pesca. Hoy, el turismo es parte activa de su economía.

Atardecer en el lago de Cuitzeo

Exconvento de Santa María Magdalena.- Cuitzeo

Atractivos. Sobresalen sus construcciones religiosas, como  el Convento de Santa María Magdalena; el templo del Hospital franciscano; los templos de Santa Magdalena, de la Concepción, de San Pablo y del Calvario; el Santuario de la virgen de Guadalupe y la Iglesia parroquial del Monasterio agustino.

Fiestas y más fiestas. Cuitzeo es un lugar de fiestas patronales. Las más importantes son la celebración de la Semana Santa, el 8 de abril, la Fiesta de la Santa Cruz, el 3 de mayo, la Fiesta de la Virgen de Sta. María Magdalena, patrona del pueblo, el 29 de junio y la de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre.

Sabor purépecha. Otra razón para visitar Cuitzeo y descubrir que además de mágico puede ser muy sabroso, es su gastronomía, dentro de la cual destacan los pescados y mariscos de la costa michoacana, los charales y ancas de rana del Lago de Cuitzeo, las carnitas estilo Michoacán, la birria de chivo, las corundas y el mole.

Tlalpujahua

Panorámica Tlalpujahua

Panorámica de Tlalpujahua

Rodeado de montañas y bosques, con calles empedradas y hermosas fachadas en cantera rosa y techos al estilo chalet, veta de cobre, plata y oro, cuna de pensadores libertarios, anfitrión de la mariposa Monarca... eso es Tlalpujahua, refugio de tranquilidad y gentileza.

Herencia del señorío purépecha. La zona hoy ocupada por Tlalpujahua fue punto de conflicto por su localización entre dos poderosos señoríos: el purépecha y el azteca.

Tlalpujahua.- Iglesia de San Pedro y San Pablo

Iglesia de San Pedro y San Pablo.-Tlalpujahua

Con la conquista. Tlalpujahua formó parte de la encomienda de Taimeo en 1528; En 1558, los españoles redescubrieron las minas y su tranquila vida se transformó bruscamente. En 1560 se le dio el título de “Real de Minas de Tlalpujahua” y se formó una alcaldía mayor.

En 1831 se le reconoció como municipio, siendo cabecera de partido del Departamento de Oriente.

Kiosco en la Plaza Principal.- Tlalpujahua

Kiosco en la Plaza Principal.- Tlalpujahua

Nana de mariposas. Rodeado de pinos y oyameles, Tlalpujahua irradia su encanto al oriente de Michoacán. A pocos kilómetros se encuentra el lugar donde sucede uno de los más extraordinarios fenómenos naturales del mundo; la presencia de millones de mariposas monarcas, donde las ramas de los árboles se vencen a su delicado sueño.

Sublime embrujo. Destacan las casitas blancas con techos rojos edificadas sobre una loma y callejones empedrados que suben hacia la parroquia de la Virgen del Carmen. La iglesia ostenta en su altar mayor una imagen de la Virgen del Carmen pintada en adobe y rescatada intacta de la inundación de 1937.

No dejes de visitar la casa de Ignacio López Rayón, hoy museo; así como el Museo de Mineralogía e Historia.

Calle en Tlalpujahua

Callejón de Tlalpujahua

Sentir las irregularidades del piso mientras se perciben aromas de pino y leña y sentir la calidez y hospitalidad de su gente, es todo un embrujo sensorial que atrapa al corazón.

Regocijo popular. El 19 de Marzo, la gente de Tlalpujahua organiza una feria en honor de San José, patrono del pueblo; el 16 de julio no podría quedarse sin su festejo a la Virgen del Carmen, en el que el visitante podrá disfrutar de la verbena popular, tianguis y danzas y el 2 de noviembre, el pueblo se viste de gala con la feria agrícola, comercial y artesanal.

Sazón de Michoacán. Tlalpujahua es un lugar para comer bien; te pondrán en la mesa platillos como cabeza de res y barbacoa cocidas en tradicionales hornos de adobe, mole de guajolote, corundas, huchepos, sopa tarasca, sopa mazahua, pan de pulque y un rico postre tradicional.

Frágil fantasía rutilante. Los ingeniosos habitantes de Tlalpujahua atizaron su fantasía transformando el vidrio soplado en radiantes esferas navideñas pintadas a mano, consideradas las mejores de América, y de éstas hicieron una gran industria.

Pero eso no es todo en cuanto al arte popular se refiere, también puedes encontrar excelentes muestras de alfarería, el popote y el arte plumario.

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