El estado de Sonora
Abierto a la aventura
* Sitio para quienes exigen
vacaciones “ideales”
* Playas sonorenses para toda la familia
* Lugar que no pide nada a otros destinos
Rodeado prácticamente por mar, desierto y montañas, Sonora ofrece bajo un mismo sol todo lo que el visitante puede desear para su deleite y descanso. Esta entidad del norte de la República Mexicana lo enclaustra todo para unas vacaciones perfectas, pues tiene lugares muy tranquilos para observar bellos colores del amanecer o del provocativo atardecer, hasta sitios donde practicar los llamados deportes extremos.
Sus litorales cubiertos de arena, favorecen las corrientes de vientos que inflaman las velas de embarcaciones y elevan los cometas de los más intrépidos, al tiempo que amable broncea las pieles de los bañistas.
Hacia las alturas de la Sierra Madre, que vigila el vuelo del águila y funde los hielos que se forman durante el invierno para crear riachuelos, los amantes de la montaña disfrutan envueltos en el agradable aroma de las coníferas.
En las inhóspitas regiones desérticas donde hace arder las dunas, día con día los buscadores de emociones se extasían admirando milenarios vestigios del pasado ígneo de nuestro planeta, coronados por cierto, con la presencia de flora y fauna que a través del tiempo ha sobrevivido en aquellos parajes.
Guaymas
Este mar, conocido también como Golfo de California, baña las playas sonorenses para ofrecer al turista paisajes naturales muy diversos a los de otras regiones nacionales.
El puerto de Guaymas es el más importante de la región, tanto por el movimiento de carga como por la riqueza en especies marinas de sus aguas, como el camarón, en tanto que la ciudad conserva el abolengo de sus calles y construcciones.
Esta parte de Sonora fue antiguamente dominada por las tribus Guaymas, Seris y Yaquis. Fue descubierta en 1539 y en 1701 los misioneros Eusebio Kino y José Ma. Salvatierra comenzaron a mantener las misiones jesuitas de San José de Guaymas, que eran constantemente destruidas por las tribus.
Fue hasta 1769 que sería totalmente conquistada y decretada la fundación de Guaymas. Durante casi todo un siglo se desarrolló como punto estratégico para el abastecimiento de misiones, invasiones militares y ataques piratas. Las actividades comerciales eran impulsadas por el tráfico marítimo, dándole el reconocimiento de puerto de altura en 1837.
Sus mayores atractivos están vinculados con el mar; entre sus playas se destacan las de Miramar y San Carlos, donde se practica el ecoturismo, turismo náutico, cinegético, pesca, buceo y golf entre otros.
En Guaymas pueden apreciarse edificios coloniales como el Palacio Municipal, la Cárcel, el Templo del Sagrado Corazón, la Iglesia de San Fernando, entre otros, o escuchar leyendas como la de Lola Casanova, la "yori", raptada por los seris.
En los alrededores se encuentra San José de Guaymas, con su antigua misión y "El Sahuaral" zona de sahuaros gigantes o alguno de los poblados de la etnia Yaqui, una de las más recias e indómitas del estado.
San Carlos, edén de la naturaleza
La bahía de San Carlos, Nuevo Guaymas, a 20 kilómetros de distancia del primer puerto, constituye uno de los principales puntos turísticos al albergar atractivos naturales como son sus paisajes formados por el desierto, la montaña y el mar, destacando el cerro Tetakawi.
Sin embargo, estos lugares no podían estar al margen de quienes gustan de la pesca deportiva y el buceo, debido a la riqueza del mar y el arrecife artificial más grande de Latinoamérica, además de contar con un clima seco-cálido con una temperatura media anual de 24.4 grados.
También, entre las muchas actividades que se pueden practicar destacan el snorkel, pesca, veleo, canotaje, alpinismo, ecoturismo, turismo cinegético, ecológico y náutico en San Carlos, donde existen dos marinas con infraestructura turística de primer nivel.
De noviembre a marzo, un espectáculo que no se debe perder es el arribo de la ballena gris, mamífero que se acerca tanto a la costa y las embarcaciones, que puede tocarse.
Otro atractivo del sitio es la Isla de San Pedro Nolasco, ejemplo de vida silvestre, morada de lobos marinos, gavilanes pescadores y cientos de aves marinas.
Bahía de Kino y los Seris
Más al norte se ubica la maravillosa Bahía de Kino, donde se combinan las antiguas tradiciones Seris con una pujante infraestructura turística, destacando el Museo Costumbrista de los Seris, antiguos habitantes de la región.
El principal atractivo lo integra la hermosa playa y la bahía que dan un toque de tranquilidad a las cálidas aguas azules donde se practica activamente la pesca y el buceo.
La Isla Tiburón no podía pasar desapercibida con sus 96 mil hectáreas donde se alojan especies en peligro de extinción como el venado bura de Sonora y el borrego cimarrón. Al igual que Punta Chueca, que es la playa donde se asienta la etnia Seri, comercializando su particular artesanía que es el tallado de Palo Fierro, además de collares, aretes, adornos de conchas y hermosos cestos tejidos y teñidos en los colores de la región.
El Pinacate
La zona desértica de Sonora es poseedora de belleza, donde destaca la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, cuya entrada se encuentra sobre la carretera número 8 que comunica a Puerto Peñasco.
En esta zona protegida se admira flora y fauna diversa del desierto, así como los enormes hoyos conocidos como cráteres de mar, dándole al paisaje un aspecto lunar.
Los cráteres se originaron por la explosión causada ante el contacto del magma y agua subterránea, lo que originó fuerte descarga de vapor a presión hacia la superficie. Algunos de estos cráteres alcanzan 120 metros de profundidad y casi un kilómetro de diámetro.
Por lo que respecta a la fauna, además del borrego cimarrón y el berrendo, se encuentra la tortuga del desierto y al monstruo de Gila, mientras que en la flora, a pesar de ser variada, tiene al sahuaro y al cardón, especies que no existen en otros desiertos.
Y como en cualquier desierto, la vegetación comprende matorrales xerófilos, aunque en algunas áreas restringidas se puede encontrar vegetación parecida al chaparral, mezquitales asociados a playas y matorrales arborescentes. Existen cerca de 500 especies de plantas, lo que constituye uno de los grandes valores biológicos de El Pinacate.
Las dunas móviles es otro de los atractivos de esta reserva, que cubren más de las tres cuartas partes.
El escudo volcánico de El Pinacate representa uno de los complejos geológicos remarcables del gran desierto y es la actividad volcánica más joven reconocida en Sonora.
Navojoa
Navojoa se ubica al sur de la entidad, en la ribera izquierda sur del Río Mayo, siendo el centro económico de una vasta zona que basa su actividad principal en la agricultura.
También es considerada de singular importancia porque en esta región confluyen los atractivos de la zona costera, desértica y de la sierra sureste de Sonora, donde sobresale la presa Adolfo Ruiz Cortines, donde se puede pescar y practicar la natación.
La parte del Mar de Cortés que corresponde a Sonora es rica en una gran biodiversidad, no sólo de fauna marina, sino también terrestre, con apasionantes contrastes como el tener mar y desierto conviviendo uno al lado del otro.
Adéntrese a descubrirlo por si mismo y conviva con una de las etnias de nuestro país como son los Seris; estamos seguros que la experiencia bien vale el viaje.