Monte Albán
El Cerro del Jaguar
En el actual estado de Oaxaca se localiza uno de los asentamientos arqueológicos más importantes del periodo conocido como Clásico, ciudad que tuvo relaciones, no solo comerciales, sino hasta de índole matrimonial con otro sitio, considerado a su vez como el más importante de la época: Teotihuacan.
Nos referimos a Monte Albán, capital de los zapotecas ubicada en la parte alta del cerro del mismo nombre, que tuvo al principio una marcada influencia olmeca y que, conforme el tiempo fue trascurriendo, empezó a demostrar su superioridad sobre esa civilización.
La zona arqueológica se localiza a ocho kilómetros al oeste de la ciudad de Oaxaca, sobre un macizo montañoso, por lo que se recomienda al visitarla llevar calzado y ropa cómoda. Se puede acceder a través de dos caminos, la antigua carretera construida desde los años treinta y un acceso moderno abierto a principios de los años noventa. Saliendo de la ciudad de Oaxaca se puede llagar, por los dos caminos siguiendo las indicaciones.
Monte Albán fue incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO el 11 de diciembre de 1987. En diciembre de 1993, mediante decreto presidencial, el gobierno mexicano lo declaró como zona de monumentos arqueológicos con un área protegida que cubre una superficie total de 2 078 hectáreas.
La ciudad fue construida alrededor del año 500 antes de nuestra era, actualmente desconocemos su nombre original, pero por últimas investigaciones se puede especular que era llamada Dani Baá que significa “cerro del jaguar”. De ser cierto esto se vería la influencia olmeca en los primeros años de los zapotecas ya que los olmecas eran conocidos como los hombres-jaguar.
Al cobijo de Cocijo, señor del rayo y la lluvia, las nubes cubrían lo que en pocos años se convertiría en la ciudad más importante de la región y que dominó a través de las conquistas militares, prueba de ello nos la dan los denominados “Danzantes”, representaciones en piedra de personajes que tenían su nombre escrito, al principio se consideraron danzantes por la posiciones curiosas que tenían ya que parecía que se encontraban practicando una baile.
Estas imágenes se encuentran ubicadas en el edificio denominado “de los Danzantes” y es el más antiguo de la ciudad, cuenta con una escalera en la parte central que nos permite subir hacia los recintos. Los Danzantes se encuentran colocados a un costado de la construcción.
Recientes investigaciones han encontrado características que no son propias de un bailarín, como son: fecha calendárica, los ojos cerrados, están desnudos y sobre todo la mutilación de los genitales nos dejan entre ver que se trataban más bien de prisioneros de guerra o esclavos ofrecidos al sacrificio.
Esta es una prueba clara del dominio militar que sobre el lugar comenzó a tener Monte Albán o Dani Baá, otra prueba la encontramos en la arquitectura, ya que la ciudad se encuentra amurallada, como forma de protección a posibles ataques. La razón por la cual se hacia la guerra era la d tener más tierras para el cultivo, recordando que la base de la economía en Mesoamérica era la agricultura.
Así los zapotecas conseguían, en los pueblos vecinos, adueñarse no solo de sus tierras, sino también de sus habitantes los cuales tenían que pagar un tributo, que consistía en entregar productos agrícolas, para que se les perdonara la vida. Al ver esto otros sitios como Tomaltepec y Yagul prefirieron realizar alianzas con los zapotecas de Monte Albán.
Entre sus estructuras también encontramos canchas para el Juego de Pelota, una de las actividades más antiguas e importantes de Mesoamérica, la cancha tiene la característica forma de I, con plataformas laterales en forma de talud. Cuenta con una escalinata angosta en el lado norte para bajar al nivel de la cancha y en las esquinas de los muros hay nichos.
La nobleza zapoteca estaba compuesta por gobernantes, sacerdotes y militares, a los gobernantes de les llamaba coquihalao y relacionados con ellos tenemos nos solo los edificios de gobierno sino que Monte Albán se conoce también como una necrópolis, es decir un lugar que tiene varias tumbas.
La más impresionante es la denominada tumba 104 y consta de una casa y la sepultura que se construyeron alrededor del 500 a 700 de nuestra era, es una de las casas más elegantes de la zona ya que sus cuartos están agrupados alrededor de un patio central de forma cuadrangular y la tumba se localiza debajo del patio.
La fachada está adornada con un tablero y arriba de la entrada está una urna funeraria de barro que representa al dios del maíz: Pitao Cozobi. El interior se halla decorado con pintura mural y en las paredes laterales están representados personajes ricamente ataviados, posiblemente sacerdotes, con bolsas de copal en las manos.
La Tumba 7 muestra una primera ocupación zapoteca y se cree que para el 1300 al 1500 de nuestra era, este recinto fue reabierto por los mixtecos, grupo que llego a Monte Albán y se funcionó con los zapotecos, para enterrar a otros personajes importantes como lo eran su gobernantes, pero respetaron los huesos y ofrendas zapotecas. Es por eso que en 1932 el arqueólogo mexicano Alfonso Caso descubrió la tumba en la cual encontró una rica ofrenda compuesta por más de 400 piezas de oro, plata, cobre, turquesa, alabastro, coral, hueso, perlas, conchas, cerámica, obsidiana y ámbar.
La zona arqueológica permanece abierta los 365 días del año de 8:00 a 18:00 horas y el acceso es libre a menores de trece años, estudiantes, maestros y a personas de la tercera edad con credencial del Instituto Nacional de la Senectud (INSEN).
El sitio cuenta con un museo de sitio y una sala de exposiciones temporales, así como servicios educativos para visitas guiadas que se ofrece a grupos de escolares nacionales conducidos por un promotor cultural, donde además se realizan actividades académicas relacionadas con la visita.
Se cuenta con restaurante, librería, zona para comer, área de estacionamiento, teléfonos públicos, máquina expendedora de estampillas postales y servicios sanitarios en el museo y al interior de la zona arqueológica. Hay guías de turistas que pueden ser contratados a la entrada del sitio.
Como podemos ver, Monte Albán cuanta con todo lo necesario para ser visitado y entender por qué fue una de las ciudades más importantes de su época y se gano el nombre de Dani Baá “el cerro del jaguar”.