Hacienda San José del Refugio
El tequila, ícono mexicano
Amatitán significa “pequeño bosque de amates”. Sus primeros pobladores eran indígenas nahuatlacas que se establecieron en el cerro del Chiquihuitillo y se disputaban sus dominios con otros grupos indígenas.
Cuenta la leyenda que estos indígenas tenían un dios que llamaban Titán; al llegar los españoles, los indígenas les decían que no podían llamar a otro dios y expresaban "indio ama Titán", por lo que el lugar adquirió el nombre de Amatitán.
Con el paso de los años este lugar, que limita al norte con los municipios de Tequila y Zapopan, al sur con Tala, Arenal y Teuchitlán, al este con Zapopan y Arenal y al oeste con Teuchitlán y Tequila, se convirtió en el corazón de la región tequilera.
Las Haciendas, como San José del Refugio, se convirtieron en el punto central de la producción agrícola en México y también funcionaron como eje central de la unidad económica organizada para la producción.
Para llegar a la localidad se puede tomar un transporte desde la central camionera de Guadalajara, que vaya rumbo a Tequila; Amatitán se ubica antes.
Otra opción es tomar el “Tequila Express” para visitar la Hacienda San José del Refugio, cada del Tequila Herradura, en donde se puede conocer el proceso de elaboración de la famosa bebida mexicana.
Este tren turístico ofrece recorridos los días sábados, por los campos de agave azul en el valle de Amatitán. El itinerario comienza a las 10:30 de la mañana y termina a las ocho de la noche. Durante el recorrido se ofrece barra libre de tequila y cerveza, mariachi ballet folclórico, antojitos mexicanos y por supuesto mucha diversión. Tiene un costo de mil 50 pesos por persona.
El paisaje agavero que se aprecia durante el recorrido, junto con las antiguas instalaciones industriales de tequila, son los primeros bienes mexicanos que quedaron incorporadas en la categoría de Paisajes Culturales, inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Llegar a la Hacienda San José del Refugio es retroceder en el tiempo, pues se conservan instalaciones donde antaño se producía la bebida. Por ejemplo, aún permanece un tahoma (un molino movido por mulas), las sombrías y misteriosas tabernas con tinajas sumergidas en el piso, que permitían el proceso de fermentación, los gastados hornos y los alambiques de cobre.
El proceso
Actualmente el proceso de elaboración del tequila se mantiene prácticamente igual que antaño, conservando el toque artesanal. En la Hacienda se cosecha la flor del agave, que está certificado con la Norma ISO 9001. El proceso inicia con la jima, en donde se utiliza la coa, herramienta que pesa entre 5 y 8 kilos; en una barreta con la punta semicircular sumamente filosa, para cortar y eliminar las hojas del agave quedando sólo la médula, que es separada de la tierra eliminando la raíz hasta dejar la piña. Los jimadores (algunos viven en la Hacienda) se levantan a las 4 o 5 de la mañana para jimar entre 80 y 120 piñas (único proceso que se realiza fuera).
Después trasladan las piñas a la Hacienda y se hornean en 15 tradicionales hornos de arcilla; en cada uno se depositan alrededor de 50 toneladas. Cada piña pesa 35 kilos, aproximadamente.
Una vez que sale del horno, el agave se deja enfriar 24 horas para después pasar a la molienda, en donde es triturado por una desgarradora y rodillos. Posteriormente se lleva a la tina de formulación. Lugo viene el proceso de fermentación, que se hace de forma natural; en este punto el líquido se deja a temperatura ambiente durante tres o cuatro días. Después se destila doblemente el mosto para eliminar colas y cabezas, dejando sólo lo mejor.
El paso siguiente es llevarlo a barrica para añejarlo. El tiempo de permanencia para el tequila reposado es de dos meses como mínimo; el añejo un año y el extra añejo, debe permanecer tres años, como mínimo. Tras la barrica la bebida se pasa a tanques de acero inoxidable en donde ya no cambia su olor, color o sabor.
Finalmente se envasa. Todo el proceso es supervisado por el Consejo Regulador del Tequila, que verifica desde que el agave sea azul (el único autorizado para la elaboración del tequila) hasta la cantidad que ingresa a la Hacienda para ver que corresponda con los litros que se producen.
La Hacienda San José del Refugio, que en su tiempo fue considerada una de las mejores equipadas, y es asiento original de Casa Herradura. En 1870 Félix López tomó posesión completa de la finca y fue registrada oficialmente como una hacienda productora de tequila. Con la modernización de la destilería en el año de 1963 por Gabriela Romo de la Peña, Casa Herradura entró en una nueva era, pues fue ella quien presentó al mundo el tequila reposado en 1974.
Actualmente las marcas de Casa Herradura (Tequila Herradura y Tequila El Jimador) son comercializadas por Brown Forman, fabricante y comerciante diversificado de marcas de bebidas como Finlandia Vodka, Jack Daniel´s, Southern Comfort, y Champán Korbel de California.
El Tequila producido por Casa Herradura se exporta a más de 100 países, enviando cada año 11 millones de cajas a Estados Unidos, mientras que el México se consumen 8 millones de cajas.
Debido a la crisis, este año la industria del tequila tuvo una contracción del 4 por ciento. Pese a esta situación, Casa Herradura tuvo un crecimiento del 3 por ciento. Desde el año 2000 ha ganado 47 premios en las mejores competencias; el tequila producido por esta casa fue el primero en ganar el prestigioso premio de Destilería del año otorgado por Wine Enthusiast, en el 2007.
Actualmente Casa Herradura ofrece las siguientes variedades: Tequila Herradura Blanco, Tequila Herradura Reposado, Tequila Herradura Añejo, Tequila Herradura Blanco Suave y Selección Suprema.