Poznan

Secreto oculto de Polonia


Por Enrique Sancho
Plaza del Mercado (Stare Rynek)

Plaza del Mercado (Stare Rynek)

La vista de algunos edificios de diversos estilos arquitectónicos, es un anticipo de lo que espera al visitante que se dispone a descubrir esta ciudad, en la actualidad  Poznan es el principal centro de negocios de Polonia y el segundo más importante de toda Europa Central y del Este con cerca de 500 mil  visitantes al año.

Aunque no sea su principal monumento, una de las primeras cosas que te dicen en voz baja, al llegar a Poznan, es que vas a tener la oportunidad de contemplar, casi de forma exclusiva,  porque no se enseña al público, el despacho de Hitler, la entrada de gala a los grandes salones y el balcón desde el que pudo haber saludado a las multitudes.

Casi  enseguida te cuentan que, en realidad, Hitler nunca puso los pies en Poznan, porque algunos pequeños detalles de la guerra que entabló se lo impidieron, pero todo estaba listo para que pasase ahí una larga temporada. De hecho, su arquitecto de cabecera, Albert Speer, reconstruyó el antiguo Castillo Imperial, en el que sí estuvo en varias ocasiones el Káiser Guillermo II, durante la larga dominación alemana de esta región, siguiendo el modelo del cuartel general del Führer en Berlín.

Hoy el Castillo, que sigue llamándose Imperial, y que fue el último edificio imperial construido en Europa, acoge el gran centro cultural Zamek y en él se celebran espectáculos, conciertos, encuentros y debates, con gran protagonismo de los niños. También, otra vez se cuenta en voz baja, se cede con cierta frecuencia como escenario para películas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial con el Adolf  de turno como protagonista.

Antiguo despacho de Hitler, hoy guardería

Antiguo despacho de Hitler, hoy guardería

Antiguas fortificaciones

Pero aunque la visita puede tener cierto morbo para la gente y cierto interés ya que el castillo conserva piezas destacadas como el trono imperial de mármol, bellas decoraciones en algunas salas y espléndidos jardines (el visitante curioso descubrirá en el Patio de Rose una fuente de los leones copiada de la famosa  fuente homónima en la Alhambra de Granada). En su día, se proyectó como punto focal del barrio del castillo, que reemplazó a las antiguas fortificaciones poligonales. Diversos edificios señoriales forman parte del barrio: la neo-renacentista Real Academia (en la actualidad Menos Collegium, parte de la Universidad) y el neoclásico Teatro Municipal (hoy Teatro Wielki). La vista de algunos de estos edificios de diversos estilos arquitectónicos es un anticipo de lo que espera al visitante que se dispone a descubrir Poznan.

Un tesoro por descubrir

A mitad de camino entre Varsovia y Berlín y pese a ser un importante nudo de comunicaciones, Poznan no ha estado situada en el mapa sino hasta hace poco.  Porque desde este año, esta antigua capital del estado polaco, está comunicada con Alicante, Barcelona, Gerona y Madrid gracias a los vuelos directos y baratos de Ryanair (www.ryanair.com). Tal vez los únicos que llegaban antes a este ciudad eran los comerciantes e industriales que acudían a alguna de las decenas de ferias que tienen lugar en su recinto ferial que data de 1911 y que ha convertido a Poznan en el principal centro de negocios de Polonia y el segundo más importante de toda Europa Central y del Este con cerca de 500 mil  visitantes al año.

Históricamente, habría que comenzar la visita por la parte más antigua de la ciudad, en la isla de Ostrow Tumski, donde se encuentra la catedral y donde en otros tiempos se hallaba también el castillo del príncipe  Mieszko I y de su hijo Boleslao Chrobry (el Bravo), primer rey de Polonia y el que instituyó en Poznan junto con Gniezno, la primera capital de Polonia. Sus sepulcros están en la Capilla de Oro de la Catedral. La primera iglesia de la isla fue construida en el año 968, dos años después del simbólico bautizo de Polonia, mediante el cual Mieszko I  introdujo a Polonia en el ámbito del cristianismo occidental.

Iglesia de San Estanislao

Iglesia de San Estanislao

Cerca de la Catedral se alza el templo más antiguo de Poznan, la Iglesia de Santa María, que quedó intacta a pesar de los bombardeos. Aunque se construyó a mediados del siglo XV, su historia empieza en el año 965, es decir, un año antes de la conversión oficial de Polonia al cristianismo. Gracias a esmerados trabajos arqueológicos, se constató que debajo del presbiterio de la iglesia reposaban los fundamentos de la capilla real que formaba parte del castillo de los primeros monarcas polacos.

Los pasos del viajero se encaminan con cierta rapidez, como en todas las ciudades polacas y casi todas de la Europa Central a la Plaza del Mercado (Stare Rynek), un abigarrado conjunto de edificios y casas burguesas de estilo barroco, gótico y renacentista decoradas de diferentes colores y ornamentos en sus fachadas, perfectamente armónico, aunque restaurando tras los destrozos de la Segunda Guerra Mundial. Buena parte del espacio que queda libre está ocupado por animadas terrazas durante casi todo el año, ya que están cubiertas y con elementos de calefacción. En el centro está el Ayuntamiento (Ratusz), reconstruido en el siglo XVI en estilo renacentista convertido actualmente en Museo Histórico de la Ciudad, que atesora en su interior colecciones de antiguos documentos y objetos de uso cotidiano, así como recuerdos preciosos del pasado, y en el que destaca su espectacular torre que se eleva desde la parte central del edificio. La fachada está formada por tres pisos de arcadas y en lo alto está rematado por tres torres en donde están las campanas.

Los dos cabritos

Poco antes del mediodía la plaza se llena aún más de turistas y curiosos que miran insistentemente hacia la pequeña torrecilla del reloj. A las 12 en punto aparecen dos cabritos de hojalata, que se golpean doce veces con sus cuernos para anunciar el mediodía. Se trata de uno de los puntos ineludibles de toda visita a Poznan. Una leyenda explica la particularidad del reloj del Ayuntamiento: Según una de sus múltiples versiones, cuando el maestro Bartomiej terminó el primer reloj para la torrecilla, el alcalde decidió celebrar una gran fiesta para presentar el artilugio con gran pompa. Sin embargo, un torpe ayudante de cocina quemó la carne preparada para la fiesta. Intentando salvar la cena, quiso reemplazar la carne quemada por un plato que había pensado elaborar con dos cabritos. No obstante, los cabritos se escaparon de la cocina y empezaron a cornearse en el techo del  Ayuntamiento. Al alcalde le hizo tanta gracia el espectáculo que perdonó al desdichado ayudante, y pidió al maestro Bartomiej que colocara en el reloj las figuras de dos cabritos. Hoy los dos cabritos son el símbolo de la ciudad, los jóvenes se disfrazan como cabritos en cualquier ocasión y se ha hecho de ellos multitud de variaciones.

Organo monumental

En los cuatro rincones de la plaza se observan cuatro fuentes. La más antigua es la de Prosérpina, cuyo diseño data del siglo XVIII. Las tres restantes (de Apolo, Marte y Neptuno) son construcciones recientes inspiradas en las fuentes del siglo XVI, que suministraban agua potable a los habitantes. La plaza es también el punto de partida de los inevitables paseos en coches de caballos, alguno de ellos conducidos por estilizadas amazonas.

Fábrica de cerveza

Fábrica de cerveza

A un paso de la Plaza del Mercado está la pequeña calle Golebia que termina frente al edificio barroco de la Iglesia parroquial San Estanislao, cuya fachada no trasluce la sorpresa estética oculta en su interior, donde abundan los efectos grandiosos de trompe-l'oeil, como en la cúpula, y mármoles falsos, aunque también tiene magníficos retablos y un impresionante y monumental órgano. La ciudad es famosa por la música de sus órganos y los coros infantiles, el más famoso de los cuales es el denominado Los Ruiseñores Polacos.

Al otro lado de la plaza se encuentra una nueva escultura en bronce representando a los dos cabritos símbolo de la ciudad. Están muy gastados porque, naturalmente, se dice que traen buena suerte pasar la mano por sus cabezas. Y junto a ellos un extraño poste que indica la distancia en kilómetros a importantes ciudades de todo el mundo.  La explicación es que Poznan está hermanada con todas ellas.

Museos, tiendas, ocio...

Hay mucho para seguir descubriendo en Poznan. Si se dispone de tiempo vale la pena conocer alguno de las dos decenas de museos de la ciudad. Coches antiguos, libros, momias egipcias, útiles de farmacia, armas, instrumentos musicales... y por supuesto, pinturas y esculturas. El Museo Nacional de Arte y Escultura, con una vanguardista y reciente entrada y ampliación cuenta con esculturas, colecciones de pinturas de Europa Occidental, incluyendo pintura italiana de los siglos XV a XVII, holandesa del XVII, flamenca del XVI y XVII y la única colección en Polonia de pintura española, con obras de Francisco de Zurbarán y Diego Velázquez. La colección también comprende valiosas obras de los maestros franceses. Aquí se encuentra el célebre cuadro de Claude Monet  titulado La playa  de Pourville, que fue robado hace once años y recuperado el año pasado por la policía polaca, tras estar oculto una década en un armario de la casa de los padres del ladrón, quienes desconocían que entre su ropa guardaban una obra de arte valorada en siete millones de dólares.

Por bastante menos de esa cantidad hay mucho que comprar en Poznan. Por supuesto hay cientos de puestos callejeros, viejas tiendas, almacenes y rastros en los que curiosear. Pero también hay alguno de los mejores y más modernos centros comerciales donde se pueden encontrar todas las grandes marcas internacionales, junto a bien abastecidos supermercados, restaurantes, bares y galerías de arte y diseño.

Es imprescindible la visita al gigantesco centro comercial situado en la Antigua Fábrica de Cerveza (Stary Browar) abierto en 2003 y que fue construido, aprovechando algunos de sus elementos y utilizando los ladrillos originales en el lugar de la Huggera Browar (fábrica de cerveza Hugger). Además de decenas de tiendas de todo tipo hay una galería de arte que ocupa varios pisos y espacios para exposiciones y eventos culturales.

Entre los numerosos espacios naturales disponibles para deportes, destaca el Lago de Malta que tiene un estupendo recorrido para regatas, en el que entrenan equipos profesionales de toda Europa. En sus orillas se extienden amplias zonas de recreo. Uno puede correr ahí en bicicleta, ir sobre patines o esquiar sobre una pendiente artificial llamada Malta Ski, abierta durante todo el año. Y a propósito de deportes, su novísimo estadio de fútbol Euro 2012 será sede de algunos de los encuentros de la Eurocopa 2012. 

Cómo llegar:
Según el buscador de vuelos Skyscanner (www.skyscanner.es) las mejores conexiones de España a Poznan las ofrece la compañía Ryanair (www.ryanair.com) que ofrece vuelos directos desde Alicante, Barcelona, Gerona y Madrid a partir de unos 50 euros ida y vuelta.

info.es@polonia.travel
www.polonia.travel/es

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