Mayahuel o la Leyenda del Tequila
Cuenta la leyenda que Mayahuel era una joven hermosa, que vivía en el cielo con su terrible abuela, una Tzintzimitl, que significa estrellas que diariamente tratan de impedir que el sol nazca.
Sin reparo alguno para las prohibiciones de la maléfica abuela, la bella joven huyó con Quetzalcóatl para amarse en un frondoso árbol convertidos en ramas, hecho que no tardo en ser descubierto por la abuela, quien sin titubear envió a sus compañeras Tzitzimime a matarlos.
En el apogeo de la lucha cósmica, Quetzalcóatl se salvó, pero Mayahuel murió carcomida por las estrellas. Sus restos fueron recogidos por Quetzalcóatl quien acudió a enterrarlos, y de los que posteriormente nació la primera planta de agave, planta que brindo a los hombres mexicas los dones necesarios para vivir.
Poco tiempo después, se dice que una tormenta se abatió sobre un campo de agaves y varios rayos cayeron sobre las plantas, quemándolas por varias horas y cociendo el corazón de las mismas, lo que provocó que por el cocimiento de los almidones, se convirtieran en una forma de miel que desprendía un aroma nuevo y nada desagradable.
Tras penetrante aroma, los indígenas acudieron a encontrarse con este fenómeno y se lo llevaron a la boca; una vez que probaron su sabor dulce lo consideraron como una dádiva divina de Mayahuel, por lo que a partir de ese momento le rindieron culto, y lo comenzaron a utilizar en su ritos ceremoniales.