Los Primeros Mayas
Los Ahauob'
La Civilización Maya aún trasciende debido a sus manifestaciones cosmogónicas sobre la vida y la muerte que nos subliman al confrontarnos con nuestros propios conceptos.
La Civilización Maya es reconocida mundialmente por la calidad de sus obras artísticas y por sus majestuosos templos, por su escritura jeroglífica, por la exactitud de sus calendarios y por la correcta observación de los ciclos sinódicos de los planetas. Aún y cuando los pueblos mayas de la antigüedad compartieron usos, costumbres y religión, en realidad nunca formaron un Imperio sino Ciudades-Estado que fueron gobernadas por reyes que se nombraron ahauob’, que significa: “los que hablan fuerte, los que determinan…” y es que en los tiempos mayas, la palabra era considerada sagrada.
Hacia el año 2 000 a. C ascendió al trono, el emperador chino “Yu” y, al mismo tiempo, los primeros mayas se organizaban en grupos de pescadores, recolectores, cazadores e incipientes agricultores establecidos desde las costas del Océano Pacífico, en la actual Guatemala y Chiapas, hasta el Norte de la Península de Yucatán. Los mayas y los chinos pertenecen al mismo origen cultural, existen innumerables coincidencias lingüísticas e iconográficas entre ambos pueblos porque comparten ancestros en común que emigraron de Asia al Continente Americano durante dos glaciaciones ocurridas hace 40 mil y 15 mil años, respectivamente.
Orígenes
“La Danta” que se localiza en la zona arqueológica de El Mirador, cuenta con 2 millones 800 mil metros cúbicos de piedra calcárea y supera a la pirámide de Keops, en Egipto, por 600 mil metros cúbicos.
Los mayas heredaron de los pueblos zoques y olmecas, los fundamentos de su escritura jeroglífica, de su imaginarios religioso y una organización política sustentada en reyes divinos que estaban emparentados con el Dios del Maíz. Los estudios realizados por John E. Clark, Richard D Hansen y Tomas Pérez Suárez, evidencian que los primeros mayas realizaban reuniones colectivas en las que campesinos, recolectores y pescadores asistían a los primeros centros urbanos como Paso de la Amada, Abaj Takalij y el Baúl para escuchar a los ahauob’, quienes por derecho divino conocían el curso de los astros y los secretos del tiempo; los participantes a esas reuniones públicas recibían tamales y atole mientras los ahauob’ realizaban su discurso, de tal suerte que el convencimiento de las masas se realizaba a través de un acto conductivista en el que la necesidad primaria de la alimentación se relacionaba con el discurso que ambicionaba el Poder. Se han localizado en torno a plataformas rectangulares (que simbolizaban la Tierra entre las aguas divinas) ollas de barro de color anaranjado que contenían atole caliente y tamales.
Hacia el año 600 a. C y en Grecia, el caudillo Clistenes de la dinastía de los Ortagoridas creó la tiranía de Sición en el Peloponeso septentrional, los griegos jónicos fundaron al sur de la actual Francia, la Colonia de Massalia (Marsella) y en la Isla de Lesbos fallecía la célebre poeta Safo, contemporáneamente a estos eventos del Mediterráneo, en el Mundo Maya, la ciudad de Izapa, Chiapas, fue un centro religioso de gran importancia y algunos historiadores como la maestra Beatriz Barba de Piña Chan, plantean la interesante tesis de que Izapa fue también un centro de estudios religiosos mayas en el entendido de que se localizan algunas piedras grabadas que los mayas llamaron Chen Tun (árbol de piedra) y que nosotros nombramos Estelas, en ellas se ubican los pasajes mitológicos de los primeros mayas. En la Estela 5, por ejemplo, se esculpieron algunos pasajes mitológicos que encontramos también en el libro sagrado del Popol Vuh, lo cual resulta trascendente ya que podemos asegurar que los mayas mantuvieron un imaginario religioso por más de 2 mil años, hasta que se transfiguró con el arribo del cristianismo que matizó algunos mitos, negó otros y al final se transfiguró mezclándose con el imaginario religioso maya formando un sincretismo que perdura hasta nuestros días.
Los Mitos
La Estela 5 de Izapa nos muestra que antes de la creación de los seres humanos existieron otros seres que desaparecieron porque no fueron del agrado de los dioses; los primeros fueron creados con barro pero no lograban articular palabra alguna, entonces los destruyó un diluvio (curiosamente, al igual que otros pueblos como los mexicas, los babilónicos y los hebreos, también los mayas tiene un diluvio en sus orígenes mitológicos), más tarde los dioses se reunieron en consejo para crear a seres de madera que no tuvieron rostro y tampoco fueron del agrado de los dioses porque no reconocían el nombre de sus creadores y los eliminaron, así entonces crearon en un tercer intento a los seres de maíz, quienes finalmente resultaron del agrado divino; podían hablar y nombrar todas las cosas, así mismo tuvieron la oportunidad de reconocer “lo grande y lo pequeño” y estuvieron a punto de entender el por qué de esa diferencia, entonces los dioses mayas se alarmaron, hablaron entre sí y decidieron cegar a los seres de maíz porque si lograban reconocer el por qué de la diferencia entre lo grande y lo pequeño, ellos mismos podrían convertirse en dioses al descubrir los secretos de la creación, entonces les soplaron un hálito divino en los ojos y es así que los seres de maíz somos capaces de avistar regiones distantes, pero tropezamos dos veces con la misma piedra.
En la Estela 5 se observa sobre el costado inferior derecho la creación de los seres de barro, junto al pie del árbol los seres de madera que carecieron de rostro y en la parte superior izquierda a un representante de los seres de maíz, justo en el momento de recibir sobre su rostro el hálito divino que parcialmente los cegó.
Montañas Mágicas
Hacia el año 400 a. C fue abandonada la última ciudad olmeca que hoy nombramos “La Venta” y, al mismo tiempo, en el Petén guatemalteco, se erigía la pirámide más grande del mundo que nombramos actualmente “La Danta” y que se localiza en la zona arqueológica de El Mirador, cuenta con 2 millones 800 mil metros cúbicos de piedra calcárea y supera a la pirámide de Keops, en Egipto, por 600 mil metros cúbicos. En la escritura jeroglífica, las pirámides mayas fueron nombradas “Witz” y significa Montaña Mágica. Los “Witz” mayas tenían la función de comunicar a los seres humanos con los tres planos existenciales, el Cielo, la Tierra y el Submundo que los mayas nombraron Xibalbá, espacio divino donde germinaba la vida y era habitado por entidades divinas como el Dios Chak Xib’ Chaak, el famoso Dios de la Lluvia y de las aguas subterráneas.
En 2004, el arqueólogo William Saturno localizó unos maravillosos frescos en una pirámide de San Bartolo, Guatemala, ubicada en una zona arqueológica, justo en la frontera que comparten México, Guatemala y Belice. Este descubrimiento resulta trascendente ya que los murales narran eventos de la Creación Maya que volvemos a encontrar también en el Popol Vuh, como la existencia del ave Vocub Caquix que se creía el Sol y fue derrotado por los héroes gemelos Hunahpú y Xbalambque. Los murales de San Bartolo se refieren también a la intima relación que mantuvieron los ahauob’ con el Dios del Maíz, garante de su poder divino delante al pueblo.
Los mayas de ayer y de hoy mantienen una dieta a base de maíz y en la antigüedad maya, son escasos los registros de graneros o bodegas de manera que su economía estuvo supeditada a las cosechas estacionales condicionadas a las precipitaciones pluviales.
La Lluvia
El investigador Richardson B. Gill, en su ensayo “Las Grandes Sequías Mayas” advierte que sus estudios paleoclimáticos determinan que hubo cuatro grandes sequías que provocaron sendas decadencias de los mayas: la primera ocurrió en el año 300 a.C, la segunda entre 550 y 650, la tercera del 850 al 950 y la última en 1460. Estás fechas son coincidentes con algunos eventos que trascendieron en la historia maya: en el 300. a. C. la ciudad de El Mirador, donde se localiza la pirámide La Danta, fue abandonada, entre 550 y 650, la ciudad de Calakmul situada en Campeche, México, conquistó a la ciudad de Tikal, en Guatemala, para el año 850 se sitúa la decadencia del Mundo de los ahauob’ y el abandono de la mayoría de las ciudades mayas que no contaban con ríos o lagunas en su cercanía y, finalmente, la sequía del año 1460 coincide con la decadencia de las ciudades del norte de Yucatán como Chichén Itzá y Mayapán, después de una terrible guerra entre ambas ciudades.
Los mayas dependieron de los fenómenos naturales y de la lluvia, configuraron sociedades agrícolas que sustentaron la relación con sus dioses a través de los ahauob’, que monopolizaron el conocimiento de la ciclicidad de las lluvias que relacionaban con las posiciones del Sol y los planetas, así como con las de las 13 Constelaciones que acompañan a los planetas, a la Luna y al Sol a través de la banda imaginaria que recorren del este al oeste, que nosotros llamamos eclíptica y que para los mayas era una serpiente de dos cabezas. La necesidad de subsistir en condiciones de adversidad provocó que fueran grandes observadores de los ciclos celestes y vivieron al ritmo del movimiento astral, por ello los planetas eran considerados entidades divinas que interactuaban con los seres humanos en el cotidiano y fueron invocados por los ahauob’ para contar con su protección durante sus guerras; los palacios fueron también inaugurados cuando existían alineaciones planetarias o aniversarios mitológicos, ya que el tiempo tuvo el status de un Dios y los dioses mayas viajaban por el tiempo, es más, algunos de ellos tenían fechas de nacimiento y otros, como el Dios del Maíz moría para renacer, por ello los ahauob’ se deformaban los cráneos en forma cónica para emular la forma de la mazorca del maíz y fueron enterrados con la certeza de que retornarían a este mundo, transfigurados en entidades divinas.
El nacimiento de la Civilización Maya estuvo relacionado con el cultivo de maíz, reconocemos que los pueblos olmecas y zoques les heredaron la religión, la matemática vigesimal, una organización política y los fundamentos de una escritura jeroglífica que ellos sublimaron. La religión maya se fundamentó en la ciclicidad de los astros y en la matemática vigesimal, lo cual resulta trascendente ya que es la única religión donde el credo, se constata. En el cielo, observaron a los astros y mesuraron sus ciclos, en la tierra los fenómenos naturales condicionaron la alimentación humana y en el Xibalbá o submundo, germinaba la vida; las inscripciones indican que las pirámides fueron llamadas Witz y hoy sabemos que tuvieron la función de una especie de “antenas parabólicas invertidas” que unificaban los 3 campos de la existencia humana y, al mismo tiempo, eran vasos comunicantes con sus entidades divinas.
Los primeros mayas fundamentaron el poder de los Señores de la Palabra a través de la aceptación de su discurso que recibían junto a los tamales y los atoles calientes que satisfacían sus necesidades primarias: alimentación, guía, entendimiento y el deseo de poseer un corpus religioso que les diera certidumbre delante a la impermanencia. www.literaturaymundomaya.blogspot.com