La delicada y seductora Bucerías


Por Rogelio Gamundi
Bucerías

La armonía y la tranquilidad se entrelazan con la belleza natural y la calidez de la comunidad, para brindarnos un encantador rincón en la serpenteante costa del Pacífico mexicano, que cada día adquiere más brillo y fama como seductor destino turístico.

Bucerías, que significa tierra de buzos, es uno de estos puntos atrayente, y se localiza a 18 kilómetros de Puerto Vallarta, en el estado de Nayarit, entre Nuevo Vallarta y Punta Mita. Forma parte de los 160 kilómetros de playa de la Riviera Nayarit, que abarca desde el puerto de San Blas hasta el río Ameca, en los límites de Puerto Vallarta.

Estrella de Bahía de Banderas

El pequeño y colorido poblado de pescadores de alrededor de 10,000 habitantes, tiene grandes atractivos para el turismo nacional e internacional. Los encabeza su bella playa de arenas blancas y fina textura, con suave oleaje de aguas cálidas muy limpias, que la hace ser considerada la mejor playa de Bahía de Banderas, ideal para quienes buscan un entorno remoto y natural y ser abrazados por un resplandeciente sol la mayor parte del año. La ubicación de la playa en la Bahía provoca que se disfrute de maravillosos amaneceres entre palmeras y vegetación tropical y atardeceres que caen sobre la montaña.

Bucerías 02

Tentaciones en mar y tierra

La zona es espléndida para practicar deportes acuáticos como buceo, kayak, veleo, esnórquel y el kitesurfing y windsurfing en la temporada de viento, de los que se realizan competencias de alto nivel, al igual que de pesca deportiva, donde se captura marlín y pez vela y especies menores como pez gallo, robalo y lisa. Y para quien prefiere actividades en tierra, hay renta de bicicletas, cuatrimotos, canopy, caballos y coches anfibios.

El toque especial del destino lo da la combinación de la playa y la pequeña población, con su plaza principal a unos metros del mar y sus callejuelas empedradas y adoquinadas que le dan un estilo más pintoresco. Ideal para pasear, ya que está colmado de tiendas de artesanías, restaurantes, cafés, bares, galerías, pequeños hoteles y clubes para bailar junto a la playa, en un ambiente enriquecido por los lugareños, gente sencilla y amable con todos los visitantes.

Callejuelas Bucerías

Sus callejuelas empedradas y adoquinadas le dan un estilo más pintoresco

Algo que llama poderosamente la atención de Bucerías, es el hospedaje con acomodo de todo tipo, desde un gran número de bungalows, algunos de estilo rústico, hasta modernos condominios, hoteles y lujosas villas con atractivos precios.

Panorámica de Bucerías

Panorámica de Bucerías

El encanto humano

Las festividades locales son una magnífica oportunidad para envolverse del ambiente local, como las fiestas religiosas de la Virgen de la Paz en el mes de Enero, con peregrinaciones por mar, en lanchas adornadas; fuegos artificiales, danzas y muestra de gastronomía regional. Otras fiestas en el año son: el Festival del Ceviche a principios de marzo y el del Ostión en Pascua.

Playa Bucerías

Las artesanías son esencia de la región y de los cuatro grupos indígenas que han sobrevivido al tiempo: Mixicaneros, Tepejuaneros,  Coras y Huicholes. Son estos últimos los más famosos por sus productos de brillante colorido y compleja elaboración, como tablas de estambre, máscaras con chaquira, joyería y bolsas, que son expresiones de ese pueblo wixarica, que vive siguiendo las costumbres de antaño.

Atardecer en Bucerías

Atardecer en Bucerías

Deleite culinario

Bucerías está muy cerca de centros turísticos de mayor fama, y sin embargo sus expresiones gastronómicas son altamente reconocidas, tanto de la comida regional como de la internacional. En la comida nayarita destacan los productos marinos y algunos platillos que no debes dejar de probar, como los ostiones con enchiladas, el pescado sarandeado, el pescado tatemado, los tamales de camarón y el Tlaxtihuilli o caldillo de camarón. Si tienes oportunidad, disfruta de las cucarachas de camarón, que son camarones bañados en salsa huichola y fritos en mantequilla.

Bucerías tiene una esencia cautivadora. El poblado, de antiguas costumbres y hechizante belleza natural, se ha enriquecido con expresiones de arte contemporáneo y la energía de sus visitantes, de manera que se encaja en la mente como un deleitoso sueño, lleno de intensidad y memoria del placer.

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